Las diferencias entre hiposensibilidades e hipersensibilidades en el trastorno de procesamiento sensorial

Las personas que padecen un trastorno del procesamiento sensorial (TPS), un trastorno neurológico que afecta al procesamiento adecuado de los estímulos ambientales, tienen problemas para funcionar cuando se les presentan interacciones cotidianas aparentemente benignas con su entorno. Por ejemplo, los sucesos típicamente normales, como el ruido de un claxon o el parpadeo de una farola, pueden no ser procesados con precisión o provocar una reacción inusual en una persona con trastorno del procesamiento sensorial.

Hiposensibilidad

La hiposensibilidad se produce cuando un niño se siente abrumado por el mundo que le rodea y necesita buscar información sensorial adicional para sentirse satisfecho. Los signos de este comportamiento pueden ser la necesidad de tocar las cosas en exceso, poner el volumen muy alto o llevarse constantemente objetos a la boca. Aquellos que tienen dificultades para permanecer quietos durante un periodo prolongado podrían ser hiposensibles, intentando buscar constantemente la estimulación del movimiento.

Hipersensibilidad

Por el contrario, la hipersensibilidad (también conocida como deficiencia sensorial) se caracteriza por quienes se sienten incómodos cuando experimentan pequeños encuentros con estímulos ambientales. Una persona con hipersensibilidad puede oler olores que otros no pueden detectar, distraerse con sonidos comunes, como el zumbido de un frigorífico, o evitar el uso de los equipos del parque infantil por miedo a los diferentes movimientos.

Trastorno del procesamiento sensorial: Impacto en el desarrollo del habla

Un individuo puede experimentar una mezcla de hiposensibilidad e hipersensibilidad a diferentes factores, sintiéndose excesivamente sensible a la luz mientras no nota los sonidos variados. Cuando un niño se distrae cada vez más con los elementos comunes que le rodean, un posible efecto secundario puede ser un retraso en el desarrollo del habla.

Mientras el cerebro se esfuerza por procesar adecuadamente la información que le rodea, puede estar perdiendo oportunidades de desarrollar el lenguaje. Cuando es un reto simplemente discriminar entre los sonidos de una habitación, tomar nota del nuevo vocabulario puede perder prioridad.

La logopedia es una herramienta excelente para ayudar a un niño con trastorno de procesamiento sensorial a clasificar la información auditiva variada. Las sesiones de terapia pueden ayudar a los individuos a centrarse en el origen de los sonidos y a sentirse cómodos oyéndolos a diferentes frecuencias y volúmenes.