Cómo reducir o detener el babeo de su hijo por la logopedia de Chicago

Dependiendo de la edad de tu hijo, el babeo puede ser un efecto secundario temporal y un subproducto de la dentición. Si a tu hijo ya le han empezado a salir los dientes y no es capaz de dejar de babear, hay algunas cosas que puedes hacer para ayudarle a ejercitar los músculos bucales y ganar control sobre esta zona. Aunque la función oral de tu hijo esté poco desarrollada, puedes utilizar ejercicios para mejorar y enseñar la función de los músculos orales.

Algunos consejos prácticos

  • Quiteel chupete o, al menos, reduzca el tiempo que su hijo lo utiliza. Es preferible que sólo lo use antes de acostarse para ayudarle a dormir. El chupete puede tener un efecto negativo en el habla y el control oral de los niños. Sin embargo, no hay que suprimir el chupete por completo; sólo hay que utilizarlo cuando sea absolutamente necesario para calmar a un niño agitado. Cuando utilices un chupete, acompáñalo de una manta o una almohada para que sea más fácil quitárselo después.
  • Estimule los músculos bucales de su hijo con un cepillo de dientes eléctrico. Esta es una técnica muy popular para que los niños se sientan atraídos por las sensaciones orales. Empiece despacio, tocando los labios y las mejillas del niño cuando esté apagado. A continuación, pase a la lengua, las encías y los dientes del niño. *Nota: No hagas esto cuando al niño le estén saliendo los dientes, lo más probable es que no responda bien a esto.
  • Cambia el biberón por un vaso para sorber. Los biberones tienen los mismos efectos nocivos que el chupete si se utilizan durante demasiado tiempo. Cada paso a una nueva taza fomenta aún más los diferentes músculos utilizados en la boca.
  • Después del vaso para sorber, pasa a utilizar una pajita. La mayoría de los niños que utilizan pajitas suelen resolver su problema de babeo cuando dominan esta habilidad.

Actividades para fortalecer los músculos bucales

Permita que su hijo aprenda a chupar, masticar y morder diferentes texturas. La pajita y el vaso para sorber pueden ayudar a su hijo a aprender a chupar. Vea quién puede soplar más burbujas, o soplar una pluma a través de la mesa. Enseñarle a usar la boca de diferentes maneras fortalece los distintos grupos musculares orales. Anímale a jugar con la comida lamiendo el yogur o la compota de manzana de sus labios o de los platos. Recoger cheerios con la boca y otros juegos con la comida les ayudará a moldear la lengua y los labios no sólo para mantener la baba en la boca, sino también para articular palabras. Cuando se hayan graduado con otros alimentos, dales cuero de fruta, frutos secos o barritas de desayuno para que los mastiquen. Esto ayudará a que sus músculos orales se ejerciten y crezcan.

Si estas técnicas tienen poco o ningún efecto sobre el problema de babeo de tu hijo, puede haber otras variables que lo causen. Si tu hijo respira por la boca, tiene un sueño intranquilo o una congestión crónica de los senos nasales, podría estar sufriendo alergias a los alimentos o incluso problemas respiratorios.

La mejor decisión cuando note que algo parece ir mal es ponerse en contacto con su logopeda para que realice una evaluación. Es mejor comprobarlo y equivocarse, que dejar que algo siga supurando, sin diagnosticar.